El legendario acordeonista Ramón Ayala es un abuelo orgulloso y está aprovechando el verano para presumir el talento de su nieto Christopher Ayala, de 11 años, a quien ya presenta en los grandes escenarios.
“Es un niño muy talentoso”, dijo el abuelo orgulloso. “Lo presento en nuevos lugares para que toque enfrente de la gente. [Ya] va perdiendo el miedo de subirse a un foro”.
Tal y como Ayala lo hizo a los 7 años de edad cuando debutó al lado de su padre, el fallecido músico Ramón Covarrubias.
Hasta el momento lo que más le ha gustado a Christopher es el contacto con el público y posar para las fotos con los fanáticos como su abuelo.
“Lo [puse] a tomarse fotos conmigo con la gente y me dijo: ‘papi me gusta a mi esto’. Y claro, cuando la gente te admira, es bonito saber que tienes [su] apoyo”, comentó el cantante.
Pero a su corta edad, Christopher también está aprendiendo el otro lado de la moneda, tal y como le pasó a su abuelo hace un par de semanas con la polémica causada por un fanático molesto porque su ídolo cobraba por una foto del recuerdo.
Ayala recibió el apoyo de sus colegas, pero el vídeo publicado por el supuesto fan que se hace llamar Catalino Sic se volvió viral y el acordeonista fue tremendamente criticado.
Aparentemente, al ver el resultado de su enojo, el fanático se arrepintió de su hazaña y a través de su cuenta de Facebook, pidió disculpas al llamado Rey del acordeón.
“Mi intención nunca fue perjudicarlo”, escribió. “No es primera vez que voy a sus conciertos y hasta tengo fotos con usted y nunca han cobrado. El video lo subí, luego me arrepentí como a las 4 horas pero ya se lo habían robado. Ya no pude hacer nada. Mil disculpas”.
En 55 años de carrera, Ayala asegura haber visto de todo, así que está situación no le quitó el sueño.
“En cualquier evento no falta una persona que esté disgustada. Uno se toma un espacio [para] complacer a este público que se lleva un recuerdo de esa noche que estuvo con Ramón Ayala, por eso lo hacemos. Pero yo me tomo fotografías en todas partes con sus celulares. Pero siempre hay una persona que quiere hacerte un daño. Eso pasa seguido”, comentó.
No obstante, Ayala ha mantenido una carrera de éxito ininterrumpido y espera que su nieto haga lo mismo.
Con el nuevo acordeonista de la familia en ascenso, ¿está cerca el retiro para Ayala?
“Yo no puedo retirarme porque mientras yo pueda estar parado y estar tocando el acordeón, yo voy a seguir adelante. El trabajo pesa y más de tantos años, si estoy cansado, pero al mismo tiempo me reanimo, vuelvo a nacer cuando estoy frente al público y que el público está cantando, aplaudiendo, me siento muy feliz. Es mi vida. Es muy difícil decir: ‘ya no voy a trabajar’. Mientras pueda mover mis manos, mis dedos ante el público voy a seguir”, afirmó.
Y aunque ha cumplido todas sus metas, hay algo que le falta por hacer.
“Tengo un guión para hacer una película, una serie o un libro de mi vida que habla de cuando yo empecé a tocar el acordeón. Ahí la gente se podrá dar cuenta cual fue mi sufrimiento para podernos mantener y no caer en la perdición y no llegar a hacer una persona de vicios. Soy un hombre que tengo 72 años, sigo trabajando y no tengo ningún vicio gracias a mi papá, a los consejos que me dio, vivimos una vida limpia”, dijo. “El único vicio que tenemos aquí [en la agrupación] es que nos [despertamos] con mucha hambre y vamos a comer y comemos de todo”.
En 55 años de carrera, Ayala asegura haber visto de todo, así que está situación no le quitó el sueño.
“En cualquier evento no falta una persona que esté disgustada. Uno se toma un espacio [para] complacer a este público que se lleva un recuerdo de esa noche que estuvo con Ramón Ayala, por eso lo hacemos. Pero yo me tomo fotografías en todas partes con sus celulares. Pero siempre hay una persona que quiere hacerte un daño. Eso pasa seguido”, comentó.
No obstante, Ayala ha mantenido una carrera de éxito ininterrumpido y espera que su nieto haga lo mismo.
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“Yo no puedo retirarme porque mientras yo pueda estar parado y estar tocando el acordeón, yo voy a seguir adelante. El trabajo pesa y más de tantos años, si estoy cansado, pero al mismo tiempo me reanimo, vuelvo a nacer cuando estoy frente al público y que el público está cantando, aplaudiendo, me siento muy feliz. Es mi vida. Es muy difícil decir: ‘ya no voy a trabajar’. Mientras pueda mover mis manos, mis dedos ante el público voy a seguir”, afirmó.
Y aunque ha cumplido todas sus metas, hay algo que le falta por hacer.
“Tengo un guión para hacer una película, una serie o un libro de mi vida que habla de cuando yo empecé a tocar el acordeón. Ahí la gente se podrá dar cuenta cual fue mi sufrimiento para podernos mantener y no caer en la perdición y no llegar a hacer una persona de vicios. Soy un hombre que tengo 72 años, sigo trabajando y no tengo ningún vicio gracias a mi papá, a los consejos que me dio, vivimos una vida limpia”, dijo. “El único vicio que tenemos aquí [en la agrupación] es que nos [despertamos] con mucha hambre y vamos a comer y comemos de todo”.